¿CÓMO LLEGÓ NADINE CON MIGUEL BOSÉ?
En 1977, cuando yo aún
estudiaba la carrera de Periodismo y hacía mis pininos, como reportero y
articulista en una revista musical que se llamaba Voces y Ritmos, una vez,
me encontré ante un gran dilema: casi a la misma hora, se llevarían a cabo dos
ruedas de prensa con dos cantantes importantes: Yvonne Elliman (la que
cantaba No Sé Cómo Amarlo en la película Jesucristo Superestrella),
para presentar su nuevo disco en un salón del desaparecido Hotel Del Prado
(destruido durante el cismo de 1985); y en la terraza del mismo hotel
(afortunadamente), la presentación del primer disco de Miguel Bosé, para el
sello Epic, de la disquera CBS, cuando en México ya sonaba fuerte en las
estaciones de radio, con el tema Linda, su primer éxito.
Una vez concluida la rueda
de prensa con Yvonne Elliman, cuando llegamos a la muy concurrida terraza del
hotel, ¡todas las mesas estaban ocupadas! Mis compañeros, buscaron algún lugar
vacío para sentarse a comer, porque la sesión de preguntas y respuestas, ya
había finalizado. Yo, como menso (y tímido, finalmente), me quedé parado en la
entrada de la terraza, sin encontrar dónde sentarme y sintiéndome medio
ridículo, como perrito sin dueño. Ni siquiera el jefe de prensa (quién sabe
dónde andaba), acudió en mi auxilio, mientras que a un lado de la terraza, vi
por primera vez (aunque de lejos) a Miguel Bosé, comiendo y platicando, en la
mesa principal, junto con ejecutivos de su disquera. Y, sin esperármelo, cuando
ya estaba a punto de irme de ahí, de repente, ¡me topo de frente con él! Sí,
¡con Miguel Bosé! Un muchacho sonriente, altísimo y, para sorpresa mía, ¡sonriente
y amable! Creo que fue el único que descubrió que no tenía dónde sentarme.
Nunca supe en qué momento se levantó de su mesa y se me acercó, tendiéndome la
mano: “Soy Miguel Bosé. ¡Bienvenido!”
Y pasándome su brazo por la espalda, me dijo: “Ven conmigo”. ¡Y me llevó a la mesa donde él estaba, ¡la mesa
principal!, ordenando a uno de los meseros que me atendiera. “¿O quieres beber algo, antes de comer?”
En esa misma mesa, luego
de tomarme una copa de vino blanco, le hice una primera entrevista que me
sirvió para descubrir en unos cuantos minutos, a un ser sencillo, inteligente,
culto y enormemente sensible. Una entrevista en la que me confesó que era
tremendamente tímido, “más que tú. Pero
cuando me paro en un escenario, me transformo. Cuando te vi parado ahí, me
identifiqué contigo. A mí, me da un pánico tremendo, entrar a un lugar donde
hay mucha gente”. Una entrevista (o más bien, plática) de la que se me
quedó grabada de por vida, una de sus declaraciones: “Es que yo tengo complejo de Peter Pan, porque, dentro de mí, hay un
niño que se niega a crecer”.
Bosé también llegó a
hablarme de duendes, de personajes mágicos, del significado de los personajes
de los cuentos de hadas, como Blanca Nieves, Peter Pan, Cenicienta,
Alicia
en el País de las Maravillas… Más que entrevistas, pláticas amenas,
sobre muchos otros temas, incluso, de su vida cotidiana.
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